El concepto causa-efecto ha guiado desde el principio de los tiempos tanto al saber científico como al popular. Cuando te topas con un problema lo primero que tienes que hacer es buscar su causa y después eliminarla.
Puede que tengas un amigo que no toma café por la tarde porque luego no duerme. Convendrás conmigo en que tu amigo ha eliminado la causa de su problema de manera sencilla.
Así que cierro el grifo si está goteando, bajo la música si me molesta tan alta, me quito la chaqueta si hace calor, tiro la ciruela pocha para que las demás no se pudran, saco la piedrecita de mi zapato.
Todo parece sencillo: elimina la causa para eliminar el problema.
Así pues, ahora que todos sabemos cuál es la causa de el estado actual de las cosas asentado en la injusticia, la insolidaridad y la desigualdad; este estado actual de las cosas que ha barnizado el mundo de mierda y sangre; este momento de podredumbre… ahora que todos sabemos que los causantes de esta vomitona llamada crisis son la élite financiera y política deberíamos obrar en consecuencia y arrancar el mal de raíz, extirpar los tumores y los quistes, eliminar el virus y fregar con lejía pura y amoniaco las escaleras de los palacetes y los edificios oficiales...
Repito: si los responsables del podrido estado actual de las cosas son las élites financieras y políticas no queda otra que deshacerse de esas élites.
O erradicamos la causa o las cosas seguirán por el mismo camino y la mierda y la sangre nos terminarán ahogando.
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