Ayer lo volvió a hacer a través de la pantalla de plasma mediante la cual últimamente se manifiesta. En este caso se refería a los escraches dirigidos contra algunos de sus compañeros de banquillo:
Nadie puede ser acosado, denigrado ni intimidado, y mucho menos aún si el motivo de esa amenaza es haber sido elegido por la mayoría de los ciudadanos. Ese es su pecado y la mayoría no puede ser coaccionada por una minoría.
Como soy amante de las cifras y de las gráficas, he dibujado esta. Los datos (sacados de la web del ministerio del interior) dibujan de manera clara lo que algunos llaman
mayoría de los ciudadanos:
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