miércoles, 4 de abril de 2012

lánguidamente

Hemos abandonado el amor.
Hemos abandonado el odio.
Nadando lánguidamente en un río
gelatinoso de moco
nos desplazamos
lentamente hacia el lugar del que saldríamos pitando
si fuéramos mínimamente listos y/o perceptivos.

2 comentarios:

Niña Jonás dijo...

Nademos a contracorriente
Oui, je t'aime

Sr. Curí dijo...

Queridísima Niña Jonás,
I love you too