Ante tanta blandura y tanta hostia revenida no me ha quedado mas remedio que meterme en mi cuarto y poner música y subir el volumen hasta que las paredes comenzaron a vibrar y abrirme unas cuantas cervezas.
Y en eso estoy ahora.
Todo sigue igual de blando, pero mi tono muscular ha crecido unos cuantos grados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario